jueves, 11 de junio de 2009

SOLEMNIDAD DEL CUERPO Y SANGRE DE CRISTO

La Eucaristía es el "memorial de la Pascua" de Nuestro Señor Jesucristo. Memorial no es sólo un simple recuerdo sino una presencia real del Cuerpo y Sangre de Cristo. Cuando celebramos la Eucaristía ofrecemos el sacrificio de la Nueva Alianza y actualizamos la inmolación de la Cruz, donde se ha inmolado el Cordero sin mancha y tomamos parte en la mesa del señor.

El Corpus Christi es una fiesta de nuestra Iglesia Católica destinada a celebrar la Eucaristía. Su principal finalidad es proclamar y aumentar la fe de la Iglesia Católica en Jesucristo presente en el Santisimo Sacramento. La Celebración se lleva a cabo el siguiente Jueves al octavo domingo después del Domingo de Resurrección (es decir, 60 días después del Domingo de Resurrección; formalmente es el jueves que sigue al noveno domingo siguiente a la primera luna llena de primavera del hemisferio norte).

Este día en la ciudad de Oaxaca, se llevó a cabo en el Templo de Santo Domingo de Guzmán la Celebración Litúrgica con motivo de esta festividad, dicha celebración fue presidida por nuestro Arzobispo Monseñor José Luis Chávez Botello, acompañado por Dn. Oscar Campos Contreras Obispo Auxiliar y algunos sacerdotes de la ciudad que concelebraron la misa.

Antes de las cinco de la tarde cientos de católicos empezaron a llenar el majestuoso templo, hermanos y hermanas de los decanatos de la ciudad, portando flores, velas y los estandartes de sus parroquias, de los movimientos y grupos que apoyan a la iglesia. Por casi dos horas, los ahi presentes participaron de la celebración euacarística de CORPUS CHRISTI, participaron con atención de la primera lectura del Libro del éxodo 24,3-8; segunda lectura de la Carta a los Hebreos 9,11-15; asi como del Evangelio segun San Marcos 14,12-16 22-26. Mons. Chávez Botello emitió un bello sermón alusivo a la fecha donde invita a acercarse más a la Eucaristía, a encomendar nuestro estado y país a Dios, recordando que todos necesitamos de acercarnos a Dios en la Eucaristía.

Al terminar la misa, los presentes junto con sus pastores, hicieron por las calles de la capital un homenaje público a Jesucristo; con cantos y vivas,un carro alegórico, cohetes, dos bandas de música, un carro de sonido, decenas de estandartes y cientos de feligreses se caminó del Templo de Santo Domingo hasta la Catedral, acto que los católicos ofrecimos a Dios para obtener su gracia y pedirle la paz que tanto requiere nuestro estado.

Cada vez que comemos del Pan y del Cáliz bebemos el vino, anunciamos que un mundo más bello se prepara y construye con Cristo. ¡Oh Jesús, sacramento viviente, y semilla del reino traido, desde el santo misterio en que habitas, haznos fuertes y fieles testigos!.

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