jueves, 21 de abril de 2011

SEMANA SANTA

La semana santa es el momento litúrgico más intenso de todo el año. Sin embargo, para muchos católicos se ha convertido solo en una ocasión de descanso y diversión. Se olvidan de lo esencial: esta semana la debemos dedicar a la oración y la reflexión en los misterios de la Pasión y Muerte de Nuestro Señor Jesucristo para aprovechar todas las gracias que esto nos trae.

A la semana santa se le llamaba en un principio “La Gran Semana”. Ahora se le llama Semana Santa o Semana Mayor y a sus días se les dice “Días Santos”. Esta semana comienza con el Domingo de Ramos y termina con el Domingo de Pascua.

Lo importante de este tiempo no es el recordar con tristeza lo que Cristo padeció, sino entender por qué murió y resucitó. Es celebrar y revivir su entrega por amor a nosotros y el poder de su Resurrección, que es primicia de la nuestra.

La semana santa fue la última semana de Cristo en la tierra. Su Resurrección nos recuerda que los hombres fuimos creados para vivir eternamente junto a Dios.


DOMINGO DE RAMOS
Celebramos la entrada triunfal de Jesús a Jerusalén en la que todo el pueblo lo alaba como rey con cantos y palmas. Por esto, nosotros llevamos nuestras palmas a la iglesia para que las bendigan ese día y participamos en la misa.







JUEVES SANTO

Este día recordamos la Última Cena de Jesús con sus apóstoles en la que les lavó los pies dándonos un ejemplo de servicio. En la Última cena, Jesús se quedó con nosotros en el pan y en el vino, nos dejó su cuerpo y su sangre. Es el Jueves Santo cuando instituyó la Eucaristía y el Sacerdocio. Al terminar la última cena, Jesús se fue a orar, al Huerto de los Olivos. Ahí pasó toda la noche y después de mucho tiempo de oración, llegaron a aprehenderlo.


VIERNES SANTO

Este día recordamos la Pasión de Nuestro Señor: su prisión, los interrogatorios de Herodes y Pilato; la flagelación, la coronación de espinas y la crucifixión. Lo conmemoramos con una Vía Crucis solemne y con la ceremonia de la adoración de la Cruz.

SABADO SANTO O SABADO DE GLORIA

Se recuerda el día que pasó entre la muerte y la resurrección de Jesús. Es un día de luto y tristeza pues no tenemos a Jesús con nosotros. Las imágenes se cubren y los sagrarios están abiertos. Por la noche se lleva a cabo una vigilia pascual para celebrar la Resurrección de Jesús. Vigilia quiere decir “la tarde y la noche anteriores a una fiesta”. En esta celebración se acostumbra bendecir el agua y encender las velas en señal de Resurrección de Cristo, la gran fiesta de los católicos.

DOMINGO DE RESURRECCIÓN O DOMINGO DE PASCUA


Es el día más importante y más alegre para todos nosotros, los católicos, ya que Jesús venció a la muerte y nos dio la vida. Esto quiere decir que Cristo nos da la oportunidad de salvarnos, de entrar al cielo y vivir siempre felices en compañía de Dios. PASCUA ES EL PASO DE LA MUERTE A LA VIDA.



¿POR QUÉ LA SEMANA SANTA CAMBIA DE FECHA CADA AÑO?

El pueblo judío celebraba la Fiesta de Pascua en recuerdo de la liberación de la esclavitud de Egipto, el día de la primera luna llena de primavera. Esta fecha la fijaban en base al año lunar y no al año solar de nuestro calendario moderno. Es por esta razón que cada año la semana santa cambia de día, pues se le hace coincidir con la luna llena.

“El Domingo de Pascua debe siempre ser el domingo siguiente a la primera luna llena de primavera”

En la fiesta de Pascua, los judíos se reunían a comer cordero asado y ensalada de hierbas amargas, recitar bendiciones y cantar salmos. Brindaban por la liberación de la esclavitud.

Jesús es el nuevo cordero pascual que nos trae la nueva liberación, del pecado y de la muerte.

La semana santa se puede vivir en familia participando en todas las celebraciones con el corazón y la conciencia atentos, para aprender a vivir con fe y en unidad con Cristo, fortaleciendo el amor, la generosidad y la ayuda mutua.

¿CÓMO DEBO VIVIR LA SEMANA SANTA?

Para vivir la semana santa, debemos darle a Dios el primer lugar y participar en toda la riqueza de las celebraciones propias de este tiempo litúrgico.

Vivir la semana santa es acompañar a Jesús con nuestra oración, sacrificios y el arrepentimiento de nuestros pecados. Asistir al sacramento de la penitencia en estos días para morir al pecado y resucitar con Cristo el día de la Pascua.


Fuente: Publicación No. 5 “Ad Iesum per Mariam” (Hacia Jesús por María), Boletín Mensual de la Parroquia de Santa María de la Natividad, Ejutla. Abril de 2011.

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